Dios nos escogió para vivir una vida agradable a Él,
eso implica tener un corazón conforme a la voluntad de Dios, Jeremías 1;
5 menciona que antes de ser formados en el vientre de nuestras madres, Dios nos
había predestinado para grandes cosas.
El propósito de tu existencia es mucho más grande
que lo que tú piensas, tu paz mental o tu contentamiento. Es más grande que tu
familia, tu carrera o tus ambiciones. Si tú quieres saber porque tú existes
tienes que comenzar con Dios Todo poderoso.
Poner a Dios en el centro de nuestras vidas hará
que él se ocupe de todo lo que necesitamos, la Biblia dice que busquemos el
reino de Dios y su justicia y todo lo demás será añadido. Vivir para Dios es la
mejor decisión que podamos tomar, pero es necesario vivir una vida consagrada,
no basta con creer que Jesús murió por nuestros delitos y pecados, va más allá
de un primer paso de fe.